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Articulo 1:

Promoviendo Vocaciones

El 9 de Junio se celebró en la catedral de San Juan  Evangelista la ordenación sacerdotal de un diacono  transitorio, la primera después de casi seis años sin  ordenaciones,  se da gracias a Dios por este sacerdote  recién ordenado, mas no se puede olvidar que hay en una crisis sacerdotal, y se debe de seguir promoviendo en cada entorno esta vocación para así poder tener más sacerdotes santos y comprometidos al servicio en la iglesia.   Un comienzo para promover las vocaciones sacerdotales es dar ánimo a los candidatos cuya intención es ingresar al seminario. Algunos han intentado discernir su vocación al ir a retiros y campamentos de discernimiento que la  diócesis ofrece anualmente, pero solamente algunos dan un paso más allá al ir al seminario, el lugar propicio donde se puede discernir la vocación.  A las personas que han  dado un segundo paso al ir al seminario, se les agradece su valentía y su seriedad en darse el tiempo para ver si esta es su vocación.  En cualquier tipo de vocación, se tiene que  tomar tiempo para discernir antes de tomar una decisión.  Por ejemplo, en la vocación de matrimonio existe el  noviazgo: un tiempo donde ambas personas disciernen si quieren casarse con la otra después de conocerse.  Sería  un error casarse con una persona, a la cual no se conoce,  es por eso que en oración se pregunta si esta persona que está al lado es la adecuada para formar una unión  matrimonial. De la misma manera, se debe pensar sobre el sacerdocio, se debe de ir al lugar adecuado para poder  discernir detenidamente y en oración si esta es la vocación que el señor está llamando antes de tomar una decisión y en todo este proceso debe existir comprensión y apoyo de la comunidad alentando a los candidatos ir al encuentro  del Señor.

La iglesia necesita de tu respuesta para

seguir su trabajo de ganar almas para

Cristo. Decidete hoy decirle si al

llamado.

En muchas ocasiones es la sociedad o la misma familia que desaniman a los hijos a no profundizar en su vocación sacerdotal.  Es claro que el sacerdocio no es para todos, la iglesia y Dios también tienen que llamar, pero a todos esos candidatos que están discerniendo su llamado se puede apoyar con  oración, pero sobretodo con acción concreta, promoviendo una cultura en donde hablar de vocaciones es un tema común y frecuente, que empieza  en casa.
La Sagrada Escritura dice: “Vengan y siganme. Yo los hare pescadores de Hombres”   Mateo 4:19

Continuacion del articulo...

Ahora que   los   estudiantes se está n graduando, muchos han elegido emprender   varias carreras  profesionales,  otros h an decid id o  uni r se   a las fuerzas armadas, pero  desgraciadamente solamente unos  pocos selec tos  irán   al seminario. ¿Por qué  la   futura g eneración   ya no está interesada en discernir su  vocación sacerdotal? Precisamente por que   la generación   del   presente no  muestra  su  apoyo .  Hay padres  que muy ligerito le hablan a su hijos sobre esta vocación,   porqu e en   realidad lo que ellos quieren son  nietos.  Otros padres tiene miedo a quedarse solos, sin la ayuda de sus hijos en la vejez, sin darse cuenta  que un hijo sacerdote posiblemente cuidara  de   su padres  con la misma o más dedicación  que un hijo  casado.  No   tiene mucho que ver la vocación que escojan   los hijos , cuando un hijo es bueno,  dondequiera que se encuentre   no se olvidara de sus padres.  Hay otros padres que se dejan llevar por la  mala información sobre los sacerdotes en los medios de comunicación, pi ensan que sus hijos  no son    “hombrecitos”  si eligen esta vocación,   sin darse cuenta que se necesita realmente un hombre  valiente   para aceptar el llamado  de Dios  en   entregarle toda su vida. El sacerdocio no es para hombres débiles,  sino para hombres fuertes   en la oración.    Más aun,    n o se  debe  caer en la provocación de definir a un  hombre, basado en los estandartes ma l guiados   de la sociedad.  La familia en vez de obstaculizar o  burlarse del llamado del candidato, debe de ser fuente de apoyo y oración para él .

Las vocaciones se deben de promoverse en casa y

despues en todos los entornos.

En la casa se puede hablar frecuentemente  de las  vocaciones a la hora de comer. En el trabajo si hay una  persona que se nota tenga cualidades espirituales, en  vez de avergonzarlo y llamarlo “santurrón,” se le puede  exhortar para que considere esta vocación.  En la iglesia  semana tras semana se puede pedir verbalmente  durante las intercesiones que el Señor mande más  trabajadores a su viña.  En la iglesia también se puede  tratar bien a los sacerdotes actuales, y así dar un buen  ejemplo pues nadie quiere ser parte de una vocación  donde no serán apreciados. En fin, hay mil maneras de  mostrar el apoyo a las vocaciones sacerdotales.